sábado, 20 de septiembre de 2008

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Entre claros de un día
y días oscuros
cabalgas tú, corcel solitario,
de pies cansados, de rienda muerta.
Y una brisa de cristal
abriga tu frío otoño.
Y así cabalgas,
a la cima del sueño roto,
más roto en la gélida niebla.
Y embriagadas de lunas de ensueño
rompen las olas en tu orilla.
Y en contra del viento del muerto día
cabalgas tú, corcel solitario
acariciando la brisa
de tu dulce agonía

1 comentario:

Yo Remitente dijo...

Gracias por el coment, me iré pasando por tu blog y asi nos damos vidilla que yo también llevopoco en esto de los blogs.


Un saludo